El reiki (lit. rei = espíritu, alma, sobrenatural, divino; ki = energía vital, fuerza vital) es una terapia complementaria que utiliza la energía vital universal para la sanación, la autosanación y el reequilibrio bioenergético del cuerpo a través de la imposición de manos.
Nuestro cuerpo físico está animado por esta fuerza vital que penetra por los llamados “chakras”, y fluye incesantemente a través de los meridianos o canales energéticos y dota de energía a los órganos e influye en el estado emocional y espiritual.
El método Reiki es una técnica que trabaja con energías canalizadas por el terapeuta a través de la imposición de manos.
Esta terapia energética está basada en técnicas muy antiguas que se practican desde hace siglos. Su origen está en Japón, aunque técnicas similares al Reiki ya se usaban en otras culturas desde tiempos ancestrales.
La ENERGÍA, que es el concepto sobre el que se mueve esta práctica, recibe varios nombres según la cultura en la que usara habitualmente: en la India la llamaban Prana, en china Chi y en Japón Ki. Incluso en la Grecia y Roma clásicas existen textos descriptivos sobre terapias de imposición de manos.
El Reiki trabaja sobre los chakras, los principales centros energéticos del cuerpo, íntimamente relacionados con los principales órganos, sistemas y glándulas del cuerpo humano.
Por tradición, las formaciones en Reiki se transmiten en formato de seminario, con una participación activa de quienes se inician en este camino. Cada encuentro incluye momentos de aprendizaje teórico, práctica y reflexión.
Al finalizar, el maestro o maestra de Reiki realiza una sintonización energética individual, un ritual de apertura que habilita al canal a trabajar con esta energía de forma consciente y disponible.